Smile and maybe tomorrow you'll see the sun come shining through

Hoy ha sido uno de los peores días que recuerdo en mucho tiempo. Pero no he decidido escribir este mensaje para contarlo. No. He decidido escribir este mensaje por todos esos pequeños gestos que me han allanado el camino para que haya tropezado un poquito menos. Una conversación de madrugada. El calor de mi gato junto a mi cara. Una presencia silenciosa. Una mano frotando mi espalda. Una sonrisa radiante. Unos cuantos mensajes en el móvil. Un oído dispuesto. Un vecino ayudándome con la bici. Una niña preguntándome si estaba mala. Mis alumnos pidiéndome que les hablara en japonés. Una llamada a deshoras y otra completamente inesperada. Un golpecito cariñoso. Un profesor paciente. Un abrazo de oso polar. Un par de puñetazos mal dados. Un amigo quejándose de lo fríos que están mis pies. Un tierno gesto de despedida. Abrazos virtuales.

Gracias. De verdad, gracias.

Aunque ahora mismo estoy odiando muchísimo a Gigi, Alex y el final de Qué les pasa a los hombres (He's just not that into you). No sé por qué sigo viendo comedias románticas. Aunque acaben bien, al final siempre consiguen entristecerme. Tendrían que catalogarlas como películas de ciencia-ficción, lo demás es engañar. Bleh.