miércoles, 7 de noviembre de 2012

Errar es humano, ronronear, felino

Aunque se tiene a William S. Burroughs como uno de los más importantes escritores del siglo XX, su genio artístico se ha visto a menudo relegado a un segundo plano por las historias acerca de su estilo de vida: fundador del movimiento beat; su adicción a las drogas y su homosexualidad; el disparo accidental que recibió su esposa durante un número de Guillermo Tell y, posteriormente, su estatus no oficial de padrino del movimiento punk rock. De todas las salvajes historias que abundaron en la vida de Burroughs, la mejor (y más secreta) llegó al final: que antes de morir encontró por fin el amor y la redención gracias a sus gatos.
James Grauerholz, agente de William S. Burroughs (mayo 2010)

Lo único que puede resolver conflictos es el amor, como el que sentí por Fletch y Ruski, Spooner y Calico. Amor puro. El que siento por mis gatos presentes y pasados. ¿Amor? ¿Qué es?
El más natural calmante que existe. AMOR.
William S. Burroughs hablaba del amor como el definitivo curalotodo en la entrada final en su diario, escrita poco antes de fallecer (1997)

El gato sagrado. Cómo Marygay, el gato de Burroughs, se salvó de una leucemia viral felina gracias a las hierbas tradicionales ojibwa. (Yony Leyser)

Winter is coming.

PD.: ¿Adiós a la silla de ruedas? Científicos de EE.UU. "reparan" la espina dorsal.

2 comentarios:

  1. Me encanta esta entrada ^^ Es verdad, se les puede llegar a querer tanto... Ah, y la primera foto de Goku es genial XD.

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    1. Y la segunda, que no veas cómo tiraba de la manta, el tío xD

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