¡Chestita Baba Marta, chavalines! La Abuela Marta ya está por aquí con los bolsillos cargaditos de pulseras rojibancas para desearnos un buen año a todos. ¿Y quién esa abuelita tan entrañable? Una señora búlgara muy maja que nos visita todos los años el 1 de marzo para recordarnos que la primavera está a puntito de caldear nuestras vidas.
El año pasado ya escribí sobre la leyenda de Bayan y Houba que dio origen a esta bella tradición, así que sólo me queda decir... ¡a llenar los árboles de martenitzi! Que os las regalen a cientos y podáis teñir vuestros jardines de rojo y blanco. ¡Chestita Baba Marta!
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