sábado, 8 de junio de 2013

Syren

Septimus no se equivocaba del todo. No sabía que el jinete de un dragón, en concreto el improntador del dragón, imparte sus pensamientos a través de los minúsculos espasmos de cada músculo. Un dragón lee todo el cuerpo de su jinete y a menudo sabe por dónde quiere ir su jinete antes de que el propio jinete lo sepa. De este modo, dos días antes, Escupefuego había llevado a una Marcia Overstrand muy nerviosa a la Casa de los Foryx sin cometer un solo error. Dado que Marcia había recibido las instrucciones básicas de la conducción de dragones completamente al revés, aquello era todo un éxito. Marcia creía que habían sido sus habilidades innatas para la conducción de dragones lo que los había llevado sanos y salvos hasta allí, pero en realidad se debía a las habilidades innatas de Escupefuego para ignorar a la maga extraordinaria.

Septimus en la isla encantada, Angie Sage (2009)

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