jueves, 16 de enero de 2014

If I'm no use to the Shinsengumi, then my existence is worthless

Hace unas semanas descubrí Hakuoki: Memories of the Shinsengumi, un juego otome para 3DS que es muy raro que llegue a nuestras tierras. Bueno, de hecho, no ha llegado, tuve que trapichear un poquito y... jo, cómo mola. 

Souji Okita, adorable psicópata.
Violencia, tacos, romance, risas, muchas lágrimas y chicos (muy) guapos metidos en un chartuchito pequeñín. Y lo que es más molón: sus protas son miembros reales del Shinsengumi y, por tanto, el juego está ambientado en hechos históricos del Bakumatsu y del final del período Edo.

Ambientado históricamente, pero no gráficamente. Y gracias xD
A la vez que la protagonista busca a su padre, desaparecido en extrañas circunstancias, y se liga a algún rônin que otro, se nos van narrando los hechos históricos en un inglés bastante adulto (esto es, no se cortan con los tacos ni con las palabras rebuscadas), con un cuidadísimo audio en japonés.

Hajime Saito vuelve con look (y carácter) mejorado desde Rurouni Kenshin.
Durante el juego seremos testigos de la decadencia del Shinsengumi y la caída en desgracia de la clase samurái mientras nos cuentan todas las movidas políticas de la época, las luchas entre imperialistas y el shogunato y las rencillas internas que hubo en el Shinsengumi. Pero eso no es todo. Además nos meten un lío de demonios. Como suena. Lo que pasa es que estos demonios son una suerte de zompiros y de pseudozompiros, llamados furias. Y cuando se les va la olla... mola. Mola mucho.

Vengo a rebanarte el cuello... ¡y a chuparrrrrte la sssssangre!
No es que sea el título con más jugabilidad de 3DS. Básicamente es una novela gráfica interactiva, al estilo de los libros de "Elige tu propia aventura". Y tampoco es que haya una graaaaan cantidad de elecciones, pero las que hay, llevan a un chulazo o a otro a enamorarse de Chizuru (la prota, vaya). Sí, es un juego un poco para chicas, pero para chicas con unas inquietudes mentales más o menos amplias, porque devorar todo el rollo histórico sin inmutarse tiene su mérito.

Si Souji quiere mi sangre se la doy toda xD
Pero a lo que iba. Esas simples elecciones son las que hacen que el juego varíe, llegando a haber un puñado de finales diferentes. Calculo que habrá como doce, porque hay cinco tíos ligables más otro oculto, y creo que todos tienen dos finales: en el que la cagas mucho y en el que no la cagas tanto. O algo así. 

Somos el Shinsengumi, defendemos la paz en Kyoto y nos ligamos a chicas que se travisten.
Mi elección en este primer juego fue Souji Okita, y es que toda su historia es un dramón shakesperiano. No os diré cuál es su destino, pero podéis leer lo que se piensa que le ocurrió en la Wikipedia. Vaya ojito que tengo. Aunque tampoco es que hubiera muchos miembros del Shinsengumi que comieran perdices.

"Me he cambiado de peinado y de ropa. Dime que molo." ESCENACA.
Souji utiliza el sarcasmo como segundo lenguaje, tiene una sonrisa permanente en la cara y siempre le está diciendo a la protagonista que la va a matar. Es un poquito psicópata, pero en el fondo es un cielín.

¿Es completamente achuchable o qué? *__*
Su trama toca la patata. Mucho. He llorado como una condenada por él. Pero es todo taaan bonito y taaan moñas cuando avanza un poco la cosa...

Uuuh, llévame a lo oscuro, Souji.
Y qué es un juego hoy día sin sus extras. Entre ellos podremos encontrar escenas de la historia desde el punto de vista de los chicos y, lo más chachi guay... ¡una photo booth! ¿Mandeee? Una photo booth es una de esas máquinas que vuelven tan majaras a los japos en las que se pasan el día haciéndose fotos, eligiendo un marco u otro. Cada máquina tiene sus marcos (de animes, dibujitos y demás) y muchos recorren Japón coleccionándolas. Ahora puedes hacer tus propias fotos con tu 3DS y colocarte al lado de tu maromo favorito.

Mmm, creo que me voy a hacer un álbum familiar.
¿Y ahora qué? Pues ahora voy a ver si me hago a Saito, que era el otro que me molaba (pero menos, Souji siempre molará más) y su historia sigue un curso bastaaaaaante diferente a la de Okita. Lástima que en este caso conocer la historia japonesa sea un poco spoiler. 

Larga vida al Shinsengumi.

De aquí a dos telediarios, todos fiambre.

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