jueves, 16 de julio de 2015

And like Bruce Leroy I got the glow

¡No estaba muerta, estaba de parranda! Aunque muerta voy a acabar como siga a este ritmo. Que decía yo que como tenía diez minutitos libres, ¿qué hacer con ellos? Pues apuntarme a un gimnasio (sí, otro) y aprovechar allí todas las horas que pueda. Que como una es poco bruta, quiere rentabilizar la cuota... lo que en términos almudenescos significa "echar horas machando los músculos hasta que los músculos me machaquen a mí" (vigorexia... vigorexiaaa ♫).

En poco más de dos semanas he conseguido aclimatarme. Pero aclimatarme en mi línea. A ratos lo paso un poco mal, tiene que ser todo un show verme en modo "soy más torpe que Ashley Greenwick en una pista de hielo".
Spoiler alert: Es Ash, pero bien podría ser yo misma.
Ahora empiezo a explicarme por qué casi todos los profesores intentan venderme sus clases.

Descripción gráfica de Almu haciendo deporte.
Todas estas experiencias me han llevado a un nuevo y rápido aprendizaje que me ha permitido empezar a elucubrar sobre las bases de la cultura del gimnasio medio español. Véase:
  1. Cuanto más intentas pasar desapercibido, más llamas la atención. Que me expliquen a mí si no porqué todo el personal del gimnasio ya me saluda y me pregunta qué tal lo llevo. Y no, no es una pregunta casual. SE ACUERDAN DE TI Y DE TUS MIERDAS. Da mucho miedito.

  2. Artistas hay en todas partes; artistas marciales... no tanto. Lo del body combat está gracioso mientras estamos de vacaciones en kárate. Vale. Pero que me digan cosas como que meta el hombro al dar un puñetazo o que no recoja la pierna al dar una patada para mis oídos es tan agradable como que Cruella de Vil frote sus uñas contra una pizarra. Pero eso no es lo más grave, no. Lo que me tiene reconcomida por dentro es PARA QUÉ LECHES SE PONEN GUANTILLAS. Las guantillas, lechoncitos míos, están para no hacerle daño a tu oponente. ¿A quién no quieres hacer pupa? ¿¿Al aire?? Flipaos de la vida, carallo...

  3. Yo aquí he venido a ligar. Esta conclusión se divide en dos tipos de persona: la que para ligar se arregla más que para ir de boda y la que pasa de todo. Me gustan los que pasan de todo, esos que te vienen con su gorrito de piscina/espermatozoide y se creen sexys y todo.

  4. Todo el mundo puede elaborar frases motivacionales. Y publicarlas en un libro. Estoy segura de que cosas tan elaboradas como "Aunque creas que no puedes, puedes" o "¡AGUANTA AHÍ!" lo petarían (aunque la verdad es que en el ambiente del gimnasio tienen su punch).

  5. La música a toda hostia es im-pres-cin-di-ble. Aunque no se oigan las indicaciones del monitor ni por los altavoces. ¿Pa qué? Vale, motiva un huevo. Y para algunas algunas clases es fundamental. ¿Pero de verdad es necesario poner pop ochentero? ¡Que amenazo con ponerme a cantar 'Desátame' a voz en grito, oiga!

  6. El aquagym ya no es aquagym. Quizá haya sido para quitarle la lacra de "deporte de señoras con gorros de flores", pero ahora se le llama de todo menos aquagym. Interval, cardiodynamic, aquapaide, aquadynamic, Aquaman...

  7. Si crees que alguna vez has sudado de verdad, estás muy equivocado. Luego te metes en una clase de ciclo y te das cuenta de que eras un dulce niño del verano.

    "Oiga, ¿esto es Madrid en verano?"
    "No, ¡es una clase de spinning! ¡Y aunque creas que no puedes, PUEDES!"
  8. Todas las monitoras se tocan. Sí, tal y como suena. De momento todas las que me han dado clase se pasan un buen rato recogiéndose el pelo, soltándoselo, recogiéndoselo, soltándoselo... y vuelta a empezar. Y luego más de lo mismo con la ropa. Que si me la encojo, me la estiro, me la meto por el sujetador, me la saco, me la vuelvo a poner bien... Vale, lo confieso, yo también me toco (porque de vez en cuando una señorita tiene que colocarse las bragas).
  9. Las chicas no sudan, brillan. O eso me ha dicho hoy un señor muy majo que no tenía ningún motivo ulterior.
  10. Los profesores no saben cómo lidiar con mis despistes. Quizá es que llevo muchos años con el mismo sensei y ya sabe qué hacer conmigo cuando me quedo en la parra (que si me conocéis, es muy a menudo). Hoy un profesor me ha pillado en un momento Mundos de Yupi y su respuesta ha sido preguntarme si estaba bien. Nada que añadir, señoría.
  11. Siempre. SIEMPRE hay un tío cachas en la zona de las pesas. Para mí que los contrata el propio gimnasio.
  12. Todos los plátanos y todo el agua del mundo nunca van a ser suficientes. Al menos si eres tan brutito como yo. O un minion.


Seguiremos investigando...
¡Sed buenos! Y dadle muchos mimitos al PLANETA Plutón, se lo ha ganado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario